De todo se sale
Entiendo lo que pasas cada noche de madrugada,
sé lo que pasas cada vez que llegan todas las rayadas,
cuando entras en bucle una y otra vez, cuando sientes
que te ahogas, que sientes esa presión en el pecho que
no puedes controlar.
Entiendo lo que pasas cuando te sientes insuficiente
para vencer todo aquello que te hace sentirte vulnerable,
lo que pasas cuando no saber callar todo lo que quieres
gritar, porque el mismo silencio es un grito al cielo.
Entiendo lo que pasas cuando miras las horas pasar, y
sientes que pasan tan lentamente, que te asfixia cada
minuto en los que estás en esos infinitos bucles, en
esos infinitos pensamientos que hacen de tu cabeza
un rival eterno, cuando por más que quieres y lo intentas
no puedes controlarlo, no sabes cómo pararlo.
Entiendo tu rabia, tu llanto, tu ira, tu silencio, tu querer
no saber nada del mundo, pero a la vez esperar a que
venga el mundo y te salve de ti, y qué difícil eh, que
complicado resulta a veces lo más simple.
Entiendo lo sola que te sientes a veces incluso estando
rodeada de muchas personas, entiendo lo mal que te
sientes continuamente sin venir a qué, tu mal humor desde
que te levantas, y hasta la risa que te entra después de
haberte pegado horas llorando.
Entiendo hasta el cómo intentas levantarte después de
cada bajón, el cómo intentas hacer como si nada para
no preocupar a nadie, entiendo hasta que no se lo quieras
contar a nadie,
-porque ya bastante tienen los demás- según piensas.
Te entiendo, en cada uno tus momentos, entiendo que
te sientas impotente, vulnerable, cobarde, que no sepas
cómo hacer para que todo acabe cuanto antes.
Entiendo que aparezca cada noche, incluso por las tardes,
y te haga una visita cada día, sin horarios, porque hace
tiempo que no avisa, pero viene todos los días a visitarte,
sin un por qué, sin una razón, sin un motivo por el que
aparecer.
Te entiendo, y quiero que entiendas, que todo es pasajero,
todo pasa, con el tiempo, aunque antes te pise, pero como
suelen decir, la vida no consiste en los golpes que das,
sino en los que te dan, y aguantas, sin dejar de soportar,
y te levantas, y avanzas, de eso se trata siempre,
de avanzar,
sé lo que pasas cada vez que llegan todas las rayadas,
cuando entras en bucle una y otra vez, cuando sientes
que te ahogas, que sientes esa presión en el pecho que
no puedes controlar.
Entiendo lo que pasas cuando te sientes insuficiente
para vencer todo aquello que te hace sentirte vulnerable,
lo que pasas cuando no saber callar todo lo que quieres
gritar, porque el mismo silencio es un grito al cielo.
Entiendo lo que pasas cuando miras las horas pasar, y
sientes que pasan tan lentamente, que te asfixia cada
minuto en los que estás en esos infinitos bucles, en
esos infinitos pensamientos que hacen de tu cabeza
un rival eterno, cuando por más que quieres y lo intentas
no puedes controlarlo, no sabes cómo pararlo.
Entiendo tu rabia, tu llanto, tu ira, tu silencio, tu querer
no saber nada del mundo, pero a la vez esperar a que
venga el mundo y te salve de ti, y qué difícil eh, que
complicado resulta a veces lo más simple.
Entiendo lo sola que te sientes a veces incluso estando
rodeada de muchas personas, entiendo lo mal que te
sientes continuamente sin venir a qué, tu mal humor desde
que te levantas, y hasta la risa que te entra después de
haberte pegado horas llorando.
Entiendo hasta el cómo intentas levantarte después de
cada bajón, el cómo intentas hacer como si nada para
no preocupar a nadie, entiendo hasta que no se lo quieras
contar a nadie,
-porque ya bastante tienen los demás- según piensas.
Te entiendo, en cada uno tus momentos, entiendo que
te sientas impotente, vulnerable, cobarde, que no sepas
cómo hacer para que todo acabe cuanto antes.
Entiendo que aparezca cada noche, incluso por las tardes,
y te haga una visita cada día, sin horarios, porque hace
tiempo que no avisa, pero viene todos los días a visitarte,
sin un por qué, sin una razón, sin un motivo por el que
aparecer.
Te entiendo, y quiero que entiendas, que todo es pasajero,
todo pasa, con el tiempo, aunque antes te pise, pero como
suelen decir, la vida no consiste en los golpes que das,
sino en los que te dan, y aguantas, sin dejar de soportar,
y te levantas, y avanzas, de eso se trata siempre,
de avanzar,