Nunca fuimos casualidad
Nunca fuimos casualidad, siempre fuimos destino, lo supe desde que te conocí el primer día te di dos besos y me dijiste tu nombre, conectamos desde el día 1 aunque no lo supimos hasta muchísimos meses después, no fuimos conscientes, empezamos mal ¿recuerdas? yo no me callaba y tú odiabas a las personas que hablaban mucho, ojalá hubieras sabido que si hablo mucho es porque estoy nerviosa, pero hasta tiempo después siempre pensaste que siempre era así.
Pasó el tiempo, tú tenías tu vida, y yo la mía, tú tenías tu vida hecha, y yo no quería meter a nadie en mi vida que supusiera traspasar mi armadura, pero aún así siempre te miraba cuando hablabas, cuando callabas, cuando reías.
-¿Sabes la sensación cuando empiezas a leer un libro que no quieres que acabe? pues tú eras el libro-
Pasó el tiempo, y lo que un día sólo había pensado de pasada, se iba haciendo realidad, fuiste conociendo mis silencios, mis manías, mi forma de ser, mi forma de reírme por todo, y tomarme en serio nada, mi forma de buscar siempre el lado bueno a las cosas, y mi forma de auto destruirme cuando no salía lo que esperaba, me atreví a hablar contigo de cosas que jamás hubiera hablado con nadie, siempre me llamabas hielito, sin saber que contigo me derretía, contigo me abrí el pecho a sabiendas que en cualquier momento me destruirías, te di el poder de destruirme, nunca lo usaste, solo fue el tiempo que nos consumió.
Mi forma de ser siempre ha sido muy complicada, pero es que tú me llevabas tan bien.
Yo nunca había creído en la magia hasta que te conocí, y supe por qué decían que un buen mago nunca revela sus trucos, nunca quise que descubrieran esa parte tan tuya, que me volvía tan loca, tu manera de reírte de todo, al igual que yo, tu manera de buscarle siempre el lado positivo a todo, cuando yo lo veía negro, fuimos conexión, fuimos magia, fuimos luz, pero como con todo, todo se desvanece, todo se apaga, y no por ello significa que no se vivió, te viví tantísimas veces, fuimos todo aquello que pensaba no volver a sentir nunca más, aquello que tanto miedo le tenía, contigo fue como volver a los 15, me siento feliz de haber vivido y sentido contigo todo en lo que un día dejé de creer, pero como todos los libros, tienen su final.
Eres luz, A, a pesar de todo.