Quizás si, posiblemente ya no.
Hace días que llevo pensando por qué no dejo de sonreír cuando miro su perfil en la época en la que era feliz, conmigo, cuando veo un vídeo en la que se escucha su risa, y casi sin querer sonrío.
Me he llegado a preguntar, y replantear si es que quizás siga enamorada de su sonrisa, sus ojos, su manera de reír, su cara al enfadarse, y la respuesta siempre me lleva a lo mismo, quizás haya estado enamorada, y posiblemente (seguro) ya no, solo son los recuerdos, de las buenas épocas, esas que no se volverán a repetir ni aunque vuelvan, porque si, hubo un final trágico, pero las horas vividas no se olvidan, y qué horas eh. Llegué a la conclusión de que lo único que podría echar de menos es lo que hubo en aquellos momentos, es eso que echas de menos, pero ya no necesitas, ya no quieres que vuelva, porque es una parte de tu vida que siempre recordarás, pero una etapa que ya finalizó.
Estas cosas son las que ocurren cuando llega alguien que es diferente al resto, que te cambia la vida en tan poco, y que después cambia con el tiempo, y te das cuenta de que lo que es, ya no es lo que buscabas, pero que en su tiempo si lo fue. Me he dado cuenta de que solo echamos de menos la persona que creíamos que era, no la que ya hoy en día es. Y hoy me atrevo a escribir esto, pues solo nos atrevemos a hablar de las cosas cuando las asumimos y superamos, cuando asumimos que han cambiado, y superamos el dolor que en su momento hubo. Me da igual si ya no se acuerda de mi, si ni si quiera quiere verme, o si ya no le importo la mínima parte de lo que en su día lo hice, si ya no recuerda nada de aquellos momentos, yo no los recuerdo todo el tiempo, pues apareció alguien que hace que no lo haga, que me olvide del pasado y piense en el presente y futuro, pero eso no quita que cuando vienen a la memoria, sonría, igual que cuando vienen los malos, me río, porque si, porque ya me hace gracia ver como a veces intentamos evitar un final que lleva tiempo acabado.
Me he llegado a preguntar, y replantear si es que quizás siga enamorada de su sonrisa, sus ojos, su manera de reír, su cara al enfadarse, y la respuesta siempre me lleva a lo mismo, quizás haya estado enamorada, y posiblemente (seguro) ya no, solo son los recuerdos, de las buenas épocas, esas que no se volverán a repetir ni aunque vuelvan, porque si, hubo un final trágico, pero las horas vividas no se olvidan, y qué horas eh. Llegué a la conclusión de que lo único que podría echar de menos es lo que hubo en aquellos momentos, es eso que echas de menos, pero ya no necesitas, ya no quieres que vuelva, porque es una parte de tu vida que siempre recordarás, pero una etapa que ya finalizó.
Estas cosas son las que ocurren cuando llega alguien que es diferente al resto, que te cambia la vida en tan poco, y que después cambia con el tiempo, y te das cuenta de que lo que es, ya no es lo que buscabas, pero que en su tiempo si lo fue. Me he dado cuenta de que solo echamos de menos la persona que creíamos que era, no la que ya hoy en día es. Y hoy me atrevo a escribir esto, pues solo nos atrevemos a hablar de las cosas cuando las asumimos y superamos, cuando asumimos que han cambiado, y superamos el dolor que en su momento hubo. Me da igual si ya no se acuerda de mi, si ni si quiera quiere verme, o si ya no le importo la mínima parte de lo que en su día lo hice, si ya no recuerda nada de aquellos momentos, yo no los recuerdo todo el tiempo, pues apareció alguien que hace que no lo haga, que me olvide del pasado y piense en el presente y futuro, pero eso no quita que cuando vienen a la memoria, sonría, igual que cuando vienen los malos, me río, porque si, porque ya me hace gracia ver como a veces intentamos evitar un final que lleva tiempo acabado.