Imprevistos.

Todo el mundo deseamos no sentir nada por nadie, ¿por cobardes? seguro. Nos da miedo sentir, aunque en realidad no es el hecho de sentir, es el hecho de que nos hagan lo que ya nos hicieron una vez, volver a caer en el pozo del cual nos costó tanto salir, y nos creamos una armadura de personas duras, sin sentimientos, haciendo ver al resto que nos la suda la vida, que no necesitamos a nadie que no seamos nosotros mismos (aunque debería ser así realmente) cuando en realidad es todo lo contrario, en realidad necesitamos a alguien que nos conquiste todos los días, que nos busque sin pedírselo, que se quede, cuando el resto se ha ido, que nos dedique su tiempo, ya que es lo único que no vuelve, que cuando caigamos se tumbe al lado y se pare a contemplar con nosotros las estrellas. Alguien que en resumen nos quiera, sin peros, sin por qué's, sin más. Alguien que con tan solo mirarnos nos haga sentir eso que llaman "mariposas", esos nervios por verle, esa sonrisa tonta a la pantalla cuando aparece su nombre, o cuando te suelta algo bonito, así, de imprevisto.

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